16 mayo 2010

La ignorancia no tiene límites

—Alguien tendría que ayudarle, prestarle auxilio, darle socorro, echarle una mano, o aunque sólo sea un cable o un cordel, o tirarle un salvavidas, o llamar a la socorrista, que está en la barra con aquel rubio de melenas voluptuosas, pero alguien tendría que hacer algo para que no se hunda y consecuentemente se ahogue, porque ese chico no sabe nadar y se ha tirado a la piscina, pero lo peor del asunto es que no sabe que, para bañarse solo, hay que saber nadar, por eso digo que la ignorancia no tiene límites.

2 comentarios:

Lou dijo...

TODOS fuímos y somos ignorantes..Nunca és tarde para aprender.

no me critiques...ENSEÑAME.

saalud

ed.expunctor dijo...

Pero tendrás que convenir conmigo en que unos lo son más que otros, y que:

>>No se puede enseñar a quien no quiere aprender.

Paz.