08 septiembre 2006

Quebedo

El 8 de septiembre de 1645 murió el poeta más grande que conoció el mundo: Don Francisco de Quevedo, un tipo repelente y repugnante*, pero Poeta indiscutible, con un ingenio y un arte inigualable. No caeré yo en el topicazo de, para festejarlo, poner aquí el soneto típico, y magnífico, ése que empieza Cerrar podrá mis ojos la postrera; lo que voy a poner es un soneto de ésos de los que poco se habla y que no se les enseña a los niños en el cole, pero que es precisamente lo que habría que enseñarles a los chavales para que vean que la literatura no es una cosa rara que habla de cosas trascendentes. La literatura también es esto:

DESENGAÑO DE LAS MUJERES

Puto es el hombre que de putas fía,
y puto el que sus gustos apetece;
puto es el estipendio que se ofrece
en pago de su puta compañía.

Puto es el gusto, y puta la alegría
que el rato putaril nos encarece;
y yo diré que es puto a quien parece

que no sois puta vos, señora mía.

Mas llámenme a mí puto enamorado,
si al cabo para puta no os dejare;
y como puto muera yo quemado

si de otras tales putas me pagare,
porque las putas graves son costosas,
y las putillas viles, afrentosas.

Si esto lo lee un chaval de catorce o quince años -que no se va a asustar ante la palabra ‘puta’ y sus derivados- se parte el culo, o sea, se descojona, y ese partimiento culeril le producirá un acercamiento afectivo hacia la literatura, algo que no se consigue obligando a los niños a que se lean con catorce años El Quijote, que lo único que se consigue con eso es que te dé asco la literatura, o que con trece años te manden El Lazarillo. Sin duda, la gente que se dedica a hacer planes de estudios para el colegio debería pegarse un par de tiros en cada neurona porque lo que vienen consiguiendo, y es un hecho demostrado, es que cada vez los chavales lean menos, y esto se debe a que en la escuela se les mandan libros del siglo XVI y XVII. Que sí, yo no discuto, sino afirmo, que son obras inmortales de la Literatura Española, pero para los Chavales Españoles son un tostón, un plomazo. Un coñazo.

A un niño le gusta leerse El pirata Garrapata porque se ríe a carcajadas, y una detrás de otra, tantas que yo, cuando era un enano, me lo leí tres o cuatro veces. Pero, claro, tú estás en esa tónica de leerte con diez u once años libros que te hacen mucha gracia y con los que te ríes cuando, de pronto, pasas a sexto o séptimo de E.G.B. y te mandan un tal Lazarillo de Tormes, empiezas a leer y te encuentras con algo que hasta entonces no habías visto en tu puta existencia: hay palabras raras que llevan un número y tienes que buscar abajo el número para ver qué significa la palabra, aunque eso no era malo, simplemente era un coñazo para un chaval que está empezando a leer. Luego viene El Quijote a los catorce años y ya la cosa de la literatura termina dándote tanto asco que la mandas a tomar por culo. Lógicamente.

Y una vez que has mandado a tomar por culo la literatura te pasas a la droga dura: te inyectas televisión en vena, te haces rayas kilométricas de consolas y videojuegos, y te dedicas a esnifarlos hasta el insomnio, y si no te das cuenta a tiempo te quedas ahí: con veintipico años, o treinta y tantos, o cuarenta y pico, y lo único que lees son los subtítulos de los videojuegos y los sms k skribe l gnt a prgrmas de mrda k se forran kn tnta eknmia lngstka.

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*Decimos que Quevedo es el poeta más grande del mundo pero que era un tipo repelente y repugnante, un ser abyecto, desagradable. Y lo decimos para poner de manifiesto que a veces es mejor no conocer al escritor, por mucho que haya quien diga que es bueno conocer a los escritores. Lo que es bueno es conocer los escritos, los textos, porque puede darse el caso de que conozcas al escritor y te resulte tan... gilipollas que decidas no volver a leer nada de lo que escribe. Sin embargo, si no lo hubieses conocido seguirías leyendo lo que escribe porque, aunque sea un gilipollas, tú no sabrías que lo es y lo único que sabrías es que escribe bien.

Puede ser por eso -pero no es seguro- que yo intente no tener contacto conmigo mismo; trato de no conocerme, no entablar ningún tipo de relación conmigo, para poder, al menos, leer lo que escribo. Fue por eso que me dividí en dos, algo para lo cual se hacía imprescindible un nuevo nombre con el que bautizar al escritor y separarlo del hombre, para evitar el contagio. No obstante, esto no sirvió de nada porque más tarde advertí que yo no era dos, sino miles, casi o quizá legión, como Satanás, pero peor que él, porque cuestiono su existencia, y eso le joderá en caso de que exista, o no. A mí personalmente se me importa un pito, como decía Oliverio Girondo, y con él coincido cuando escribe: "Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades". Por eso decía que todo fue en vano.

3 comentarios:

morri dijo...

Me ha encantado el artículo, sinceramente. Enhorabuena :)

ed.expunctor dijo...

Se agradece!
Salud.

ed.expunctor dijo...

Wise, el Quijote AHORA está en primera posición, y con diferencia. Pero sí, en el colegio acaban traumatizando a los chavales al enviarles lecturas del estilo.